La pared de mi estudio
Una pintura a lo Frankenstein.
Un cuadro terrorífico teniendo en cuenta que estamos ante el máximo representante del realismo alemán del siglo XIX. El romanticismo a lo Frankenstein ya quedaba lejos en esos años, pero Menzel parece querer asociarse un poco con la idea de “algo vivo pero inerte” para expresar algo elevado, quizás la metáfora del arte como algo casi-vivo, o incluso el triunfo de la pintura (su oficio) sobre la escultura.
Eran tiempos en los que los espectáculos de espiritismo se celebraban en toda Europa, por lo que este tipo de pintura no era algo descabellado para un artista perteneciente a la nobleza teutona.
Adolph von Menzel muestra de una manera de lo más “gótica” la pared de su estudio en la que colgaban moldes de escayola de esos que sirven para que los artistas practiquen anatomía. De esa manera parece que estamos ante la pared de un asesino en serie que colecciona miembros amputados de sus víctimas o algo así. Menzel además ilumina la escena desde abajo, dándole a todo un aspecto más tétrico todavía.
Tengamos en cuenta que el artista tenía una particular relación con la anatomía, ya que a lo largo de su vida sufrió por su propio físico que destacaba por una enorme cabeza sobre un cuerpo de 1,37 cms.de altura.