La Primavera
La inmortalidad de Simonetta Vespucci.
La belleza tierna y delicada de Simonetta Vespucci causó un revuelo en Florencia, la ciudad que bullía en pensamiento y arte renovado. Su rostro y su cuerpo acaparó las obras de varios artistas; entre ellos Sandro Botticelli. El artista trabajó para la familia Médici, quienes encargaban las obras que en la actualidad son de las más relevantes de toda la historia del arte. La Primavera fue encargada por Lorenzo di Pierfrancesco de Medici como regalo para su novia.
La Primavera es una de las obras mas bellas del artista florentino y del renacimiento italiano. Llena de simbolismo y mitología; dioses, diosas, ninfas… Armonía y personalidad. Nos maravillamos cuando contemplamos el escenario de esta alegoría colorista y vegetal de más de doscientas especies botánicas existentes en la Toscana, sin embargo la fuerza emocional del cuadro la lleva la mujer como figura mitológica.
La sensibilidad iconográfica de Las tres Gracias, Venus y la dualidad de la ninfa Cloris-Flora, es angelical, de gran belleza estética, de rasgos delicados, de suaves movimientos, el sello de identidad de las obras de Botticelli. Figuras de melena dorada, de cuerpos con curvas que siempre muestran inocencia en las maneras. Esta paz y armonía contrasta con el dios del Viento, Céfiro, que loco de amor por Cloris, con la fuerza de su soplido, la convierte en su esposa a la fuerza.
El personaje masculino que aparece a la izquierda de la tela es Mercurio, mensajero de los dioses. Con probabilidad, el artista se inspiró en Lorenzo di Pierfrancesco para este personaje. Atractivo, fuerte, de aire caballeresco, vestido con casco y sandalias con alas, usa su bastón para aclarar el día, totalmente abstraído de la acción con elegancia. Mientras una de las Gracias, a quien va dirigida la flecha que dispara Cupido, lo observa con admiración (con toda probabilidad, Semiramide Appiano, la novia de Lorenzo).
En ésta como en otras obras, Botticelli nos transporta al mundo bucólico de los cuentos de hadas o del amor cortés independientemente si su temática es religiosa o mitológica. Imprime un gran colorido, una técnica refinada y cuidada, de personajes llenos de simbolismo, de dioses y de mortales de ensueño. Sandro innovó con el uso de la témpera grasa, una técnica nueva en Italia, en la que la yema de huevo modificada con el aceite aportaba mayor fluidez y transparencia al trazo.
En el Libro del Arte, el teórico Cennino Cennini explica que el método utilizado por Sandro Botticelli consistía en el tradicional, pero cultivando una visión más moderna de los recursos pictóricos y los mejores pigmentos. Eso le permitía conseguir un trazo ligero y una paleta de colores vibrantes y delicados. Pese a que no era un gran maestro de la perspectiva, el movimiento sí que está presente en animales, ropas, cabellos e incluso el viento es visible en La Primavera o en El nacimiento de Venus. El movimiento en el trabajo de Botticelli es una suave danza.
Pero si ahondamos en la escena de La Primavera observamos que los rostros de estas féminas parecen ser los mismos. Los de Simonetta Vespucci. Pero, ¿toda la obra de Botticelli hubiera sido la misma sin su bella modelo Simonetta? Seguramente, no. Su amor platónico e intenso hizo que la imagen de la preciosa modelo quedara impresa en un gran número de obras que hoy cuelgan de las paredes de los mejores museos del mundo.
En 1476, una tuberculosis se llevó el joven cuerpo de la que fue esposa de Marco Vespucci, de la amante de Guiliano Medici. Su alma quedó para siempre en la Tierra, diluyéndose entre los pigmentos y convirtiéndose en la mejor técnica pictórica de Botticelli. Del arte al enamoramiento y del amor platónico al amor eterno.
La musa se ha convertido en una de las iconografías mas reconocidas del renacimiento italiano; la inmortalizó hasta el desfallecimiento. En Venus y Marte, el artista se retrató junto a ella como dos dioses. Bellos y jóvenes en una escena idílica, así por siempre… Para ser admirados en los siglos venideros.
El pintor, que nunca se casó, se hizo enterrar a los pies de ella cuando ya habían pasado treinta y cuatro años de su muerte, en la Iglesia de Ognissanti de Florencia.
Sandro Botticelli, uno de los pintores mas importantes de su época. Simonetta Vespucci, la mujer mas bella del Renacimiento. Fundidos en una primavera perenne.