Las reinas de Persia a los pies de Alejandro
Le Brun le hace la pelota a Luis XIV.
También conocido como La tienda de Darío, este cuadro, que le valió a Le Brun el favor de Luis XIV de Francia (1638–1715), presenta una escena bastante popular en la pintura del Barroco francés. Tras la batalla de Issos (333 a. C.), el vencedor Alejandro Magno toma prisioneras a la madre, mujer e hijos de su enemigo, el rey persa Darío III, que los había abandonado para huir. La madre de Darío, Sisigambis, se lanza a los pies de Hefestión, general y amigo de Alejandro, al que ha confundido con este. El rey, más allá de ofenderse, decide quitarle importancia al asunto diciéndole a la anciana que su compañero «también es Alejandro».
Las reinas de Persia es una obra clave del llamado Clasicismo francés, del que Le Brun fue principal exponente. Los colores son amables y la composición no demasiado atrevida: en la izquierda, Alejandro y Hefestión; a la izquierda, la familia real persa y su séquito, con la anciana Sisigambis vestida de dorado, postrada ante los dos helenos. La temática alejandrina fue una de las favoritas de Luis XIV (el rey admiraba profundamente a su homónimo macedonio), muy cultivada por artistas como Jean-Baptiste de Champaigne, Jean Lefebvre o Charles La Fosse, todos ellos trabajadores habituales en Versalles.
El cuadro tiene una lectura muy concreta teniendo en cuenta el contexto histórico en que fue pintado: en 1661 Luis XIV decide (con tan solo veintitrés años) asumir el gobierno de Francia personalmente, evitando la costumbre existente hasta entonces de elegir un primer ministro que se hiciera cargo de los asuntos de Estado. Le Brun pinta un Alejandro heroico, capaz de perdonar a sus enemigos (pues el rey griego no solo prohibió que se hiciera daño a la familia, sino que los acogió como invitados), en el que puedan reflejarse la nobleza y bondad del joven monarca francés.