
Madres
Emociones en papel.
Desgarrador dibujo de Käthe Kollwitz, siempre comprometida socialmente. Es mi deber dar voz al sufrimiento,
decía. Y vaya si lo consiguió. Esta mujer conocía el dolor de cerca, ya que la muerte había visitado su hogar en varias ocasiones: primero sus hermanos, después sus hijos en la I Guerra Mundial, y años después los putos nazis que pegaron una patada en su puerta y la arrestaron a ella y a su marido. Se salvó de milagro, pero moriría apenas unos días antes del final de la Segunda Guerra Mundial.
Tocó mucho el tema de la maternidad y de la pérdida. En este dibujo mezclado con litografía hay un poco de estas dos cosas. Madres taciturnas que tratan de proteger con un abrazo a sus hijos. Ellas están arrugadas, agotadas por el trabajo y el dolor. Los niños tratan de acurrucarse en ellas, pero todos nos miran, con ojos cansados, quizás esperando ayuda. Algunos rostros están borrosos, como que van a desaparecer.
Kollwitz utiliza de forma magistral la línea para crear luces y sombras, y algo mucho más difícil: emociones. Kollwitz es capaz de dibujar el silencio, el miedo y la desesperación de un mundo en guerra, la primera. Y todavía quedaría otra, incluso peor.
Sin sentamentalismos, todo sentimientos, como debe ser el buen arte.