Memoria discontinua
Trouille ye-yé.
Otro collage ye-yé del inclasificable Clovis Trouille, que como siempre hace una mezcla alquímica que combinaba Surrealismo, Pop-art, Dadá, Lowbrow y demás estilos y corrientes artísticas, algunas de ellas «descubiertas» mucho después de él, otras tantas todavía sin descubrir.
Trouille solo pintaba en su tiempo libre, tras salir de currar restaurando y decorando maniquíes de las tiendas de París. Pintaba lo que le daba la gana, porque no exponía sus cuadros ni evidentemente los vendía. Los hacía para él, o quizás para nosotros, fascinados espectadores del futuro.
Y hacía cosas como esta, en la que aparecen tres monjas —protagonistas a menudo de su obra— en una especie de velatorio o rito decorado con cortinas simétricas—otro elemento recurrente de Clovis—. Un ramo de flores fúnebres tiene la inscripción «no reces por él» y la letra «S» corona la composición. Todo muy teatral, muy típico del artista.
Por supuesto, hay símbolos fálicos por todas partes, incluidos esos plátanos al lado de la sonriente pin-up típica de los sesenta a la derecha, rompiendo toda mística.
Como siempre en su obra, los significados son vagos, ambiguos, relativos, variables… Ni idea de lo que quiere decir aquí este buen hombre. Y todavía más despista el título de la pintura.
Otro ejemplo de una mezcla psicotrónica de lo kitsch, lo trash, lo naíf y lo onírico. Él mismo decía que era «un Aduanero Rousseau con huevos».