El presente de los galos
Mundo celta psicotrónico.
Siempre pasó de técnica, perspectiva y demás chorradas. Él mismo decía que era «un Aduanero Rousseau con huevos».
Clovis Trouille es una mezcla de varios estilos: un poco de religión, algo de mitología, un toque erótico y ese estilo Camp que recuerda a un Disney psicotrónico. Él se inventó eso de «lo kitsch».
El resultado es un arte pre-Pop, como un álbum de cromos, una lámina de recortables para pegar… collages perfectamente estudiados en cuanto a composición.
Este Presente de los galos muestra a un druida que recuerda sospechosamente a Jesucristo rodeado de naturaleza que bendice a una anacrónica pin-up. Otras están bañándose en un río. Símbolos fálicos por aquí y por allá, insinuaciones sexuales y una sensación atávica de peligro con lobos merodeando y ciervos berreando en una época pretérita y ultra-colorida, previa a la llegada de los romanos a Francia.
¿Qué nos quiere decir Clouville…? El misterio y lo críptico es parte de su estilo.
Quizás nos da una pista con ese texto en la parte inferior, o quizás nos despista algo más:
El gran ceremonial druida de la recolección del muérdago, la mujer adúltera es perdonada, aún más teniendo en cuenta que no es suya. Ella va a recompensarlo por la divina comunión ancestral. Presente de los galos, del mundo celta. La moral está a salvo cuando en una pasión agradable, una bella penitente saborea el orgasmo sagrado de su buen cofesor bajo la sotana. [1]