Mi madre leyendo el periódico
El futuro era así.
Es natural cuestionarse la importancia que se encierra en una actividad de índole tan común, que retratarla quizás no supondría un importante legado, mas es la calma de la acción que genera un contraste tan exquisito con la audaz construcción de la obra.
Pannaggi comprendía el uso de las formas geométricas, la separación de los elementos, las filosas líneas delimitantes capaces de superponer capas de sombras y colores. Compartiendo similitud con el Cubismo tan difundido por Picasso y Braque, la obra se diferencia en su composición, la cual se centra en destacar el movimiento que se crea.
Las hojas se encuentran disparejas, colocadas unas sobre otras, hasta cubrir la totalidad de la parte inferior del lienzo, se demuestra entonces cómo la mujer ha avanzado ya en su lectura. Portando unos lentes que reflejan un tono verde oliva, no es posible apreciar sus ojos, sin embargo, su postura permite deducir que mira con detenimiento, mientras su enfocado rostro revela aún más lo inmersa que está en su tarea. La luz entra por una aparente ventana al costado derecho de su cara; la perfecta claridad para iluminar correctamente las hojas.
La simpleza con que la dama se dedica a leer, permite atraer la atención del espectador a la sublime combinación de colores, los intensos tonos rojizos, naranjas, y negros que tan predilectos eran por parte de los futuristas.