Movimientos de danza C y D
Rodin nos pone a bailar.
El escultor August Rodin presenta La puerta del infierno y es en esa época cuando comienza a interesarse por el mundo de la danza. Combina la danza integrándola a la escultura y estudia el lenguaje del cuerpo humano al activarse con el baile, por lo tanto, crea una serie de piezas escultóricas y dibujos sobre cualquier tema de baile (folclore, danza clásica o contemporánea…). De esa investigación y fascinación por el mundo de la danza nace la pieza Movimientos de danza C y D.
August Rodin trabaja la pieza escultórica Movimientos de danza C y D en bulto redondo y en ella aparece reflejada la bailarina Alda Moreno en un movimiento de danza. El artista imprime expresividad en el barro, sensibilidad, energía y virtuosismo para capturar una figura esbelta y de cuerpo desnudo que se presenta con una pierna izquierda flexionada, mientras la derecha soporta el peso del cuerpo.
El maestro modela Movimientos de danza C y D con cabeza inclinada y apoyada en el hombro en el lado contrario de la pierna flexionada, buscando el punto de armonía y en equilibrio con el cuerpo. El gesto dulcificado de la cabeza de la modelo recuerda a una virgen renacentista nacida del pincel de Sandro Botticelli. La bailarina quizá se encuentre con la postura necesaria de concentración para hallar el punto exacto de equilibrio entre cuerpo y mente.
El escultor crea una serie de catorce estatuillas del mismo tema, entre ellas está Movimientos de danza C y D, que vacía, descoyunta, fragmenta para separar las piezas para luego juntarlas, dotándolas de forma y vida. Rodin no era muy partidario de ponerle peana a sus obras, la joven de Movimientos de danza C y D parece flotar en una atmósfera poética.