Chica arrodillada
Posando a gatas.
Está chica fue modelo del controvertido artista vienés Egon Schiele, maestro de ese maravilloso arte erótico expresionista que apareció principios del siglo XX en un Imperio Austrohúngaro a punto de implosionar.
Schiele era un pájaro de cuidado, con fama de pornógrafo, corruptor de menores y tipo de vida alegre. Sin embargo no le faltaban modelos que posaban para él en actitudes tan explícitas como la que vemos en la imagen. De hecho, esta joven aparece en varios dibujos de la época, esos años en los que Schiele había dejado a su amante Wally para casarse con la joven de buena familia Edith Harms.
Esta chica bien podría ser Edith, aunque una característica del artista es que sus modelos parecen intencionadamente anónimas, ya sea por querer darle un carácter genérico a sus dibujos, o bien para protegerlas de una sociedad, la vienesa, que en esa época decadente de Freuds y Klimts gozaba de una doble moral en la que te metían en la cárcel por perturbar la decencia, pero al tiempo florecía la industria de la fotografía pornográfica en la que no faltaban modelos y posturas como esta.
Sea quien sea, Schiele representa a esta joven de cabellos alborotados apoyada sobre rodillas y codos, y entrelaza sus manos, tapando parte de su rostro. Una pose franca y honesta, como creada por la modelo y no por el artista. Quizás así fue: Schiele vivió 28 años e hizo más de 2800 dibujos. Imposible escenificarlos todos. Quizás sólo copiaba lo que veía: una anatomía natural, real… Aquí no se busca una belleza ideal, y quizás por ello la consigue.
Contorsionismo sexual para una figura para nada es un desnudo. Está más bien a medio desnudar, de manera explícita, y eso quizás potencia el marcado erotismo tan propio del artista, que con su tiza y un poco de acuarela crea su magia. Un toque de carmín por aquí y por allá y voilà!, el dibujo cobra vida.