Mujer y cosméticos
Vanitas Pop.
Conoceréis a Wayne Thiebaud por sus pinturas de pasteles y demás productos de confitería, pero al artista Pop también le gustaba pintar cosméticos, que también son coloridos y tienen esa naturaleza táctil que tanto parece gustarle para mostrar en sus pinturas.
Thiebaud hace aquí una mezcla de retrato y bodegón que a la vez es una vanitas moderna. Entre 1963 y 1966 (no puede haber un periodo más Super-Pop) pintó esta obra en la que se empieza a interesar por la figura humana y se introduce en ese Nuevo Realismo estadounidense.
Aún así está todo ordenadito y simétrico, como marca su estilo, y divide claramente entre una parte superior y otra inferior, como si fuera un díptico. Un lienzo casi a tamaño natural en la que una mujer se mira al espejo (o eso parece) y a la vez nos mira a nosotros.
Thiebaud opta por un gris frío y austero para el fondo, y ese «vacío» —que es la mayor parte del cuadro— transmite cierto aislamiento, misticismo, enigmática cotidianeidad y hasta se podría decir que Surrealismo cercano a la Pintura Metafísica.
«Lo que me interesa, en realidad, es la figura que está a punto de hacer algo, o ha hecho algo, o no está haciendo nada, y, con ese tipo de dispositivo de centrado, tratar de averiguar lo que se puede revelar, no solo a la gente, sino a mí mismo»
Wayne Thiebaud