Naturaleza muerta con vela volcada
El tiempo es el fuego en el que ardemos.
Cuanto más viejo te haces, más consciente eres de lo fugaz que es la vida. Antes molabas y malgastabas tu tiempo porque parecía infinito. Ahora te sorprendes escuchando a José Luis Perales y a veces te empiezan a doler algunas articulaciones sin motivo. Y si vas al médico te dice: bueno… es la edad (traducido: que te jodan).
Pero los que prácticamente le hemos dado la vuelta al jamón, empezamos a apreciar obras de arte como esta, que parece un caótico bodegón medio expresionista, medio cubista —y lo es—, pero también es nada más y nada menos que un símbolo de que todo pasa a toda hostia y que si parpadeas no solo te lo pierdes, sino que ya estás con un pie en la tumba. Espabila.
Los objetos en esta naturaleza muerta como esta tienen claros significados simbólicos: las velas que se van quemando, la fruta que madura e inevitablemente se va a acabar pudriendo, el mantel arrugado que indica que la fiesta ha terminado, que todo lo bueno se acaba.
Es un poco de bajón, cierto. Lo siento mucho. Pero a veces el arte tiene que recordarnos las cosas para que nos pongamos las pilas y disfrutemos del momento como si fuéramos niños descerebrados.
Un tío muy guay llamado Delmore Schwartz dijo una vez: El tiempo es el fuego en el que ardemos. Así que venga, a aprovechar antes de que se apague. Aprovechad cada uno como mejor le parezca, como por ejemplo leyendo HA!, que nunca es una pérdida de tiempo.