Magia estival
Sueño de una noche de verano.
Edward Robert Hughes comenzó su carrera con los pre-rafaelitas. Encajaba muy bien entre estos vanguardistas victorianos por el uso del simbolismo, la perfección de su trabajo y porque la mayoría de sus pinturas eran acuarelas, una técnica considerada quizás no «menor», pero sí inferior al muy académico óleo. Además estaban sus temáticas, que a menudo bebían de la literatura inglesa, y sobre todo de Shakespeare en particular.
Es el caso de esta acuarela que recuerda inevitablemente a A Midsummer Night’s Dream, obra en la que Puck dice eso de: Señor, qué tontos son estos mortales.
Quizás esa chica que vemos en la imagen es Hermia, comprometida con Demetrio, pero enamorada en realidad de Lisandro. Según la obra de Shakespeare, la joven Hermia se pierde en el bosque y de pronto es rodeada por un grupo de hadas que baila a su alrededor. Aquí la vemos observando muy interesada a las pequeñas criaturas con alas de mariposa y lucecillas de colores.
Hughes muestra esta escena fantástica con mucha delicadeza. Es una ilustración muy detallada en la que se juega con la luz, el color, la magia y la poesía, algo que casa de maravilla con el libro y también con la mágica noche del solsticio de verano. Desde luego, no cabe duda de que Edward Robert Hughes era un acuarelista estupendo.