Personas
Sueño de una siesta de verano.
Es difícil etiquetar al inclasificable pintor italiano Felice Casorati. Al ver sus cuadros no sabemos si hace un arte clásico o moderno. Probablemente las dos cosas a la vez, lo que lo hace muy interesante.
Con esa atmósfera metafísica, casi onírica, que caracteriza a algunos pintores de la época, Casorati siempre introducía escenas cotidianas, como es el caso de esta especie de merienda familiar. Un ambiente doméstico, pero también un poco extraño, como el sueño de una siesta en una tarde de verano.
Entre la frondosa vegetación del jardín, un grupo de gente variopinta sentada a la mesa exterior, como posando para esa instantánea. La maravillosa anciana del centro de la composición parece estar pasándoselo en grande. Junto a ella, algunos sonríen, otros leen… hay quien se aburre e incluso se duerme, como el gato del primer plano. Hay libros y estatuas encima de la mesa, lo que nos hace pensar que quizás estamos en una tertulia literaria o artística.
El elemento extraño típico de Casorati viene dado por la figura de esa niña desnuda arrodillada sobre el taburete. Está de espaldas y no sabemos exactamente qué pinta ahí. Quizás sea algún elemento simbólico, ya que en esa época el pintor había descubierto el simbolismo de Gustav Klimt, dando un vuelco a su pintura.