La ronda de noche
Irónicamente, la escena es en realidad de día.
Durante siglos se pensó que en La ronda de noche era lógicamente de noche. Pues no. El título original del cuadro era La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh, pero reconozcamos que no era un título muy pegadizo por lo que desde el XIX popularmente se empezó a conocer con el carismático nombre de Night Watch. [1]
Desde entonces conocemos a esta obra maestra así, incluso después de que tras su restauración se hubiera demostrado que la oscuridad se debía a la oxidación del barniz y la suciedad acumulada, y que la acción se desarrolla en pleno día (así lo parece por el intenso rayo de luz), aunque los personajes están en un portal en penumbra.
Estos tipos tan barrocos son un comando militar que además de vigilar el orden en esa ciudad del pecado que era Amsterdam, se encargó de proteger la visita de la reina madre francesa a la capital. Debió ser increíble su trabajo, pues el tamaño del cuadro es imponente.
Sabemos que cada miembro de la compañía pagó una buena pasta a Rembrandt para salir en el cuadro, y no todos quedaron contentos, pues alguno apenas se ve. A Rembrandt solo le interesaba una composición interesante, pasando de jerarquías militares y realismo en los rostros. Quizás por eso aparecen entre los soldados algunos niños y un perro que animan bastante la escena.
Ejemplo perfecto de la llamada «Edad de Oro del arte holandés», en La ronda de noche vemos una composición «cuidadosamente caótica», con ejes en varias direcciones. Rembrandt escapa de lo típico para mostrar el dinamismo y la tensión de un grupo de soldados a punto de empezar su misión. Odiaba más que nada los aburridos retratos corporativos (si vive hoy en día se pega un tiro) así que decidió darle una vuelta de tuerca consiguiendo no solo originalidad, sino una evidente expresividad dramática y plástica.
El barroco era una vanguardia en la época: claroscuros, movimiento, contrastes, dramatismo… y Rembrandt se convirtió uno de sus máximos exponentes cuando tenía 34 años.