Porcia hiriéndose en el muslo
Una pintora tan válida como cualquier pintor.
Elisabetta Sirani fue una grandísima pintora del barroco italiano, concretamente de la Escuela de Boloña. Quizás Sirani no sea todo lo conocida que debiera, pero ahí tenemos para descubrir una inmensa cantidad de cuadros realizados por ella (y eso Sirani que murió con solo 27 años…).
Por supuesto, en la Italia del XVII mucha gente no se creyó que una mujer podía pintar tanto y tan bien, por lo que Sirani se vio obligada en más de una ocasión a pintar en público para demostrar la autoría de sus obras, que ya triunfaban en toda Europa… Porque Sirani fue además la primera pintora de proyección internacional, con taller propio y mucha clientela, todo un referente para las mujeres artistas que vendrían después.
Una de estas obras es Porcia hiriéndose en el muslo, donde Sirani representa a la hija de Catón y esposa de Bruto, uno de los asesinos de Julio César. Porcia se sentía ninguneada por su marido, que no le contaba nada de la conspiración y para demostrar que era tan fuerte como un hombre, se cortó el muslo para demostrar podía mantener el secreto incluso bajo tortura. Bruto, al ver la herida en el muslo, no volvió a ocultarle nada a Porcia y le contó con pelos y señales todo en complot.
Al fondo, unas mujeres trabajan en «sus labores», pero en primer plano Porcia, estoica, aguanta el dolor con el cuchillo en mano, como Sirani aguantaba el pincel. Está claro que Elisabetta Sirani quería demostrar con este cuadro una cosa: que las pintoras son tan válidas como los pintores.