
Retrato de Henri Michel-Lévy
Elefante en la habitación.
Aunque no era estrictamente «de los suyos», el pintor Henri Michel-Lévy era amigo de muchos de los principales impresionistas, incluyendo a Edgar Degas, que lo retrata en esta curiosa pintura en mangas de camisa y con las manos en los bolsillos. Como de andar por casa.
Y es que estaba en su casa. El retratado está cómodo en su estudio, rodeado de pinturas, paletas y pigmentos. Es, además de un retrato, una especie de homenaje a su oficio común.
Pero hablemos del elefante en la habitación: ¿no es extraño que Degas incorporara ese maniquí rosa tirado a la derecha del artista? Una muñeca que usan muchos artistas a falta de esos incómodos modelos reales, que se están moviendo y respirando continuamente quizás nos cuenta algo sobre el retratado. O quizás le sirve a Degas de metáfora sobre lo que es real y lo que no en arte. De hecho… ¿Es real el arte?
Al conocerse, Degas y Henri se hicieron un cordial intercambio de retratos. Uno es este, pero el que le hizo Henri no aparece por ninguna parte. Solo queda esta pintura, que por cierto, el retratado vendió por una pasta. Degas no le perdonaría jamás esta falta de educación a Michel-Lévy y le devolvería su cuadro.