Retrato de la princesa Francesca Ruspoli
La princesa está mutando en una esfinge.
Un retrato es la representación física o espiritual de una persona y Leonor Fini no es una extraña a la hora de realizarlos, gran parte de su trabajo son retratos de personajes reales e irreales. En este caso se trata de la Princesa Francesca Ruspoli (Roma, 27 junio 1920 – Milán, 27 de febrero de 1962).
En esta obra vemos que la princesa ha sido retratada como bruja o hechicera. En la selección de tonalidades se aprecia una esencia de magia negra que junto al rostro impasible e inexpresivo, aporta seriedad a la pintura.
En la obra de Fini las figuras femeninas se representan con mayor fuerza y presencia, siendo las protagonistas y no limitándose a ser solamente mujeres objeto.
Un detalle a señalar es la vestimenta; Leonor Fini siempre ha mostrado mucho interés por la moda y los disfraces, llegando incluso a vestir como un cardenal en su primera reunión con los surrealistas de París porque quería saber que sentiría al llevar la ropa de un hombre que nunca va a conocer el cuerpo de una mujer.
La parte superior del atuendo que lleva la princesa está decorada con plumas y perlas de diferentes colores. Estas plumas pueden ser en el resultado de que la princesa está mutando en una esfinge. Una criatura hibrida, de cabeza de mujer, cuerpo de león y alas.
La esfinge aparece en varias obras de arte simbólico y es de ahí que llega al arte surrealista, donde gran parte de los artistas emplean la esfinge como un símbolo de inmortalidad y sabiduría pero al mismo tiempo como un placer erótico. A excepción de Fini, que ella la percibió como un alter ego artístico relacionándolo con el poder femenino, por lo que se pueden encontrar muchas representaciones de la esfinge en el arte de Fini.