Santa Cecilia
Pasión por la música.
Cuando uno piensa en el retrato de algún santo o algo afín a la religión, solemos asumir que la pintura tiene el único objetivo de evangelizar y, si bien fue así durante muchos siglos, debemos de dar una segunda oportunidad a todos los mensajes ocultos que puede tener una obra.
Santa Cecilia fue una de las primeras mártires cristianas, es reconocida como la santa patrona de la música por lo que usualmente se la representa con un órgano u otro instrumento. Se decía que podía tocar cualquier instrumento musical y que escuchaba el canto de los ángeles, además de comunicarse con Dios a través de la música.
Al inicio puede que suene como un don inigualable, envidiable incluso; pero entre la época difícil, su devoción a los pobres y su gracia en la música, fue condenada a una muerte larga y dolorosa. Llamaron a un verdugo a que le cortaran la cabeza, su ejecutor inexperto intentó hacerlo tres veces sin conseguirlo, dejándola agonizante para morir tres días después.
Guido Reni busca representar en esta obra la belleza del espíritu de Santa Cecilia, mirando hacia el cielo mientras se comunica con Dios a través de la música. Su piel blanca resalta del fondo negro, exaltándo aún más su pasión y aceptación ante lo que habría de sufrir.
Actualmente es difícil identificarse con algunas de las historias religiosas, sin embargo, creo que todos podemos afirmar que las pasiones son la fuente más cercana de alegría y de dolor; y el padecer de ellas es de las cosas que no importa la época, el ser humano siempre entenderá.
Y si por compartir las pasiones condenaran ¿cuántos seguirían de pie?
Y si supieras la condena, ¿lo seguirías haciendo?
Tal vez la condena ha cambiado, pero el compartir una pasión siempre ha representado un riesgo o una oportunidad, supongo que depende de la persona.
¿De cuántas pasiones nos hemos privado por esta condena autoimpuesta conocida como miedo?