Shoot
Disparado en nombre del arte.
El artista Chris Burden le pidió a un amigo que le disparara con un rifle del 22 mientras él se quedaba quieto contra la pared de la galería de arte.
«En este instante, yo era una escultura», dijo Burden de esta pieza que habita en algún lugar entre la estupidez y el arte más sesudo y conceptual. Años después llegarían los tipos de jackass a hacer más o menos lo mismo (actividades innecesariamente arriesgadas, peligrosas y dolorosas) pero sin esa solemnidad que da estar en una galería de arte.
Como vemos en el video, a Burden le atraviesan el brazo de verdad y el artista sintió verdadero dolor, que es el elemento con el que trabajaría a partir de entonces este creador de body art (cuando el cuerpo es la herramienta y el material de la pieza), desde crucificarse en un coche hasta arrastrase por vidrios rotos con el torso desnudo.
En «Shoot», además de hacer algo «increíblemente estúpido», Burden quiso reflexionar sobre temas como la indefensión, la confianza en los demás, el sacrificio, la violencia… Eran los tiempos de la guerra de Vietnam y Burden veía a diario por la TV a chicos de su edad atravesados por balas en actividades tan absurdas como una performance de arte.