Me gusta América y a América le gusto yo
La primera performance americana del artista conceptual.
Me gusta América y a América le gusto yo (conocida también como “El Coyote”), fue la primera performance realizada por el artista Joseph Beuys en los Estados Unidos.
Beuys era prácticamente un Dios del arte conceptual en los círculos artísticos europeos, sobre todo por su promoción del performance, y fue con esta obra como se ganó al arte internacional.
La obra comenzó justo en el momento del viaje desde Düsseldorf a Nueva York. Al llegar al aeropuerto, Beuys se envolvió en una manta de fieltro —material fetiche del artista— y se apoyó en un gran bastón de pastor, siendo conducido en una ambulancia hasta una galería donde compartió habitación durante 3 días con un Coyote salvaje.
Los espectadores observaban a los dos especímenes tras una malla metálica y fueron viendo como el artista hablaba con el animal, le ofrecía diversos objetos e interactuaban juntos. El coyote mordía el fieltro, rodeaba al artista o se meaba en el Wall Street Journal, todo un símbolo del capitalismo.
Al final de los tres días, Beuys abrazó al coyote. Al parecer se habían hecho amigos y tal como vino, regresó a Alemania sin haber pisado el suelo neoyorquino en todo el viaje.
¿Que significaba todo esto? Según Beuys, la acción reflejaba:
la historia de la persecución de los indios norteamericanos, además de la relación completa entre Estados Unidos y Europa […]. Quería concentrarme sólo en el coyote. Quería incomunicarme, aislarme, no ver de Estados Unidos más que el coyote […] e intercambiar roles con él.
El mundo del arte entró en éxtasis. Ya no se necesitaban pinceles o lienzos para trasmitir ideas complejas. Si tenía un concepto en mente, un tipo podía crear arte de la nada.
La confrontación entre Beuys y el coyote simbolizó para muchos la reconciliación entre cultura y naturaleza. Los aullidos y las palabras teutonas del artista, una especie de encuentro de culturas. La obra en general, una especie de intento por curar a América del trauma causado por uno de los genocidios más grandes de la historia hacia los nativos americanos.
Considerado por esta y otras obras uno de los artistas más importantes de la segunda mitad del siglo XX, para algunos Beuys representa por el contrario un artista sobrevalorado que precisa demasiado bagaje intelectual por parte del espectador para entenderlo. Y lo cierto es que hay muchos profesionales del mundo del arte que después de él se aprovechan de lo críptico para sacar tajada, tanto ciertos críticos con su palabrería vacía que no pretenden precisamente explicar, como no pocos artistas que a veces disfrazan sus pobres propuestas con numeritos de este estilo.