Trabajadoras textiles
El proletariado futurista.
Situémonos: máquinas, hilos, rotativas, olor a aceite, ruido…Tres mujeres trabajan a destajo para cumplir la cuota del día. Las figuras se visten de manera sencilla, van descalzas, y sus rostros transmiten una serena (y a la vez inquietante) sensación de monotonía, de cansancio. Los cuerpos de las trabajadoras se reducen a perfiles lineales definidos con el sombreado mínimo necesario para sugerir el volumen de sus cuerpos.
Los colores tan claros casi resumidos a grises y blancos de reflejos azulados, nos hacen ver la escena con amabilidad, con luz, una cosa que seguro se alejaría, mucho probablemente, a la apariencia habitual de un entorno industrial de principios del siglo pasado. La escena desprende una extraña sensación de pulcritud futurista.
La impronta de Malevich se deja ver en los carretes que se almacenan en las paredes (que parecen estar flotando sin más) y los discos que parecen una anticipación al Compact Disc: la composición carece de profundidad y de volumen. El «espacio» es abstracto, los planos se unen y alejan fuera del marco al mismo tiempo. Quedémonos con esto. Siguiendo este planteamiento «el objeto se ha retirado de la forma», solo por el contexto podemos alcanzar a imaginar que estos CD’s se tratan de grandes rollos de tela, que los carretes son los husos de hilo y que lo que arrastra uno de los personajes no se trata de dos bombonas de Co2 sino de dos de las bovinas textiles.
La ventana del fondo, prácticamente imperceptible, muestra un niño paseando dos vacas (¿adaptación del pasado campesino con el futuro industrial?) escena que anticipa algunas pistas sobre la Nueva Objetividad que se estaba dando ya a principios del XX: ventanas sin decorar, fachadas lisas, predominio de las formas cuadrangulares y las líneas rectas; premisas como sabemos propias de la Bauhaus. El propio estilo arquitectónico en la que se enmarca la obra también refleja algunos de estos planteamientos, el espacio es funcional, está ordenado y todo elemento está harmonizado.
Deineka desarrolló un estilo rotundamente moderno, que manifestó diversas cualidades gráficas y gran variedad de medios pictóricos. Trabajadoras textiles es quizá, el máximo exponente de todo esto.