Verónica
Sagrada serigrafía.
Ojo a esta maravilla de Doménikos Theotokópoulos AKA El Greco, que pinta a Verónica mostrando la sábana santa con el rostro de Jesús estampado en ella. Verónica fue una de las santas mujeres que acompañaron a Cristo en el Calvario, y cuando le limpió la cara con un paño, se quedó grabado el rostro de J. C. en él. Toda una sagrada serigrafía.
En plena contrarreforma, este tema estuvo muy de moda por su dramatismo, su expresividad y potencia emocional, y el Greco le dedicaría nada menos que tres pinturas a este motivo iconográfico.
La Verónica aparece aquí sobre un fondo oscuro, y entre la penumbra destaca con esa palidez típica de las figuras del Greco. Mira hacia un lado escorzada (un pequeño truco manierista), contrastando con la representación absolutamente frontal del rostro de Cristo (y es que un cretense como el bueno de Doménikos seguro que vio algún que otro icono bizantino que marcó su arte).
Cristo viste una cómoda corona de espinas y luce un fantástico peinado hippie con un poco al estilo Cthulhu.
Llama la atención una cosa y es el contraste entre una Verónica difusa y «desenfocada» frente a una representación de Cristo mucho más realista. Es como si el Greco hiciera una reflexión sobre realidad y representación, igual a las que harían Magritte o Kosuth 400 años después. ¿casualidad? ¿un visionario? ¿un viajero en el tiempo…? Está claro que es esta última.