Visita al cirujano plástico
Crónica de un ideal inalcanzable de belleza.
La protagonista de esta obra es una mujer que va con un ondulante vestido plateado, su alargada nariz en pico está escondida en un fino velo y se encuentra llamando al timbre de una clínica «plastoturgencia», la cual siguiendo el característico estilo de Varo en la construcción de edificios, se asemeja más a una fortaleza gótica que a una clínica.
En el escaparate tienen expuesto a un maniquí con tres hileras de pechos, que podríamos entender que al igual que las Venus paleolíticas se trata de la representación del cuerpo ideal femenino teniendo brillantes cabellos dorados y facciones diminutas.
Si seguimos mirando detalladamente la figura del maniquí podemos apreciar que carece de manos y de piernas, haciendo que se asemeje más un objeto de consumo, que una persona.
En ese mismo escaparate vemos el slogan de la clínica:
«¡Superamos a la naturaleza! En nuestra gloriosa era plastinaylonitica no hay limitaciones / osadía / buen gusto / elegancia y turgencia / es nuestro lema / Hablamos francés».
En esta obra, no solamente podemos apreciar la increíble técnica artística de Varo, sino que también podemos apreciar el humor y la sátira que realiza con esta obra a sociedad del momento, la cual se encontraba en el comienzo de lo que sería el auge de las operaciones estéticas. A pesar de que temas como la hibridación o transformación son característicos del movimiento surrealista, en este caso Varo presenta un tipo de mutación más acorde los avances científicos de la cirugía plástica y estética de los años 60.
El mensaje de esta obra se mantiene vigente en la actualidad, dado que seguimos teniendo cánones de belleza que a menudo resultan inalcanzables y nos generan una presión abrumadora de cómo deberíamos ser.
Varo en esta obra nos invita a reflexionar sobre el querer aspirar a un ideal inalcanzable de belleza y ser conscientes de que la belleza es un concepto subjetivo.