Ana Mendieta
Estados Unidos, 1948–1985
Ana Mendieta fue una artista cubana de nacimiento pero estadounidense de adopción, que estableció en su obra (escultura, video, fotos, performances…) un rico lenguaje muy personal que nos habla de la mujer, la tierra, la belleza, la violencia, los estereotipos, las nacionalidades… Hay quien definió sus creaciones como «earth-body art».
Mendieta nació en La Habana, pero a los 12 años se fue con su hermana a los EEUU en el marco de la Operación Peter Pan. Refugiada en su nuevo hogar (Iowa) se crió en una familia adoptiva como una joven americana más.
Mendieta asistió a la Universidad de Iowa. Estudió Bellas Artes y conseguría una maestría en pintura, pero con el tiempo se daría cuenta de que lo que tenía que decir no siempre encajaba con pigmentos y un soporte. Con el artista Hans Breder, mentor y amante, descubrió lo que podía decir con otros lenguajes, sobre todo por medio de su cuerpo.
Esto incluía camuflar su cuerpo desnudo con el entorno, retratarse con barba, recrear escenas de violaciones, aplastar su cuerpo contra cristales para deformarlo y sobre todo cubrirse de sangre. Mendieta veía la sangre como un símbolo de muchas cosas (vida, muerte…), pero también un nexo con sus orígenes cubanos y la santería de este país (actos entre lo pagano y lo católico en los que no faltaba la sangre como herramienta mágica).
Evidentemente fue consciente también de que la sangre podía aludir la violencia contra las mujeres, y paradójicamente así pudo acabar su vida la artista. No quedan claros los hechos, y queremos huir del linchamiento a Carl André, pero es probable que el minimalista tuviera algo que ver con la muerte de Mendieta en 1985.
Mendieta vivía en Nueva York con André, en el 34º piso de un bloque de apartamentos. Llevaban 8 meses casados. El 8 de septiembre del 85 unos vecinos oyeron fuertes discusiones en el piso de la pareja y acto seguido la artista se cayó por la ventana. Suicidio, asesinato, accidente… no hubo pruebas concluyentes. André salió libre del juicio por asesinato y la muerte de Ana Mendieta fue declarada oficialmente un suicidio.
Nos queda su arte, quizás uno de los más imitados de nuestros días, por no decir directamente plagiado. Abundan clones de Mendieta en cada esquina de cada museo de arte contemporáneo de cada ciudad. Suerte para ellos, que la autenticidad se puede falsificar.