Adoración de los reyes
Los reyes magos vistos desde la óptica velazquiana.
Tras ver la estrella de oriente, los Reyes Magos, que según la tradición cristiana concreta su número en tres (Baltasar no fue negro hasta el siglo XIV), se van a Belén y ofrecen sus tres regalos al Niño Jesús: oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre.
Velázquez añade al grupo a la Virgen María, a San José y a un paje, que llenan casi todo el lienzo con excepción de un pequeño paisaje crepuscular al fondo.
20 años de edad tenía el artista al pintar este magnífico cuadro y ya se ve que el chaval apuntaba maneras. Lo vemos en el hecho de meter a toda esa gente en la recargada composición para transmitir proximidad, bañarla con esa luz nocturna para darle intimidad a la escena y pintar ya como el maestro que sería en el futuro.
Ni una torpeza de principiante se ve en la obra. Velázquez se convertiría años después en pintor de la corte y hoy en día uno de los top 10 de esta web (aunque son opiniones, lógicamente, habrá quien prefiera otros…). «Pintor de pintores» (según Manet), maestro indiscutible del arte universal, genio del barroco sevillano, «el más grande pintor que jamás ha existido» (afirmaba Dalí).
Así que ahí va nuestro regalo de reyes para vosotros.