El dios Marte
El Dios de la guerra visto por un dios de la pintura.
Diego Velázquez muestra al Marte, dios del la guerra a escala humana.
El genio sevillano lo representa un poco decrépito, melancólico y pensativo. Está desnudo, salvo por ese paño azul que tapa sus partes. Velázquez pinta un hombre de carne y hueso más que un dios. A sus pies hay tiradas unas armas contemporáneas a cuando se pintó el cuadro.
Muchos quisieron ver en el bigote de Marte una referencia a los Tercios de Flandes, ya que estos soldados llevaban ese característico mostacho. Quizás el pintor quiso hacer alusión a la Guerra de los Ochenta Años que llegaba a su conclusión esos días, y sobre todo la decadencia militar de España, pues para la Corona española, la independencia de las Provincias Unidas en los Países Bajos representaba una pérdida enorme de su prestigio y hegemonía internacional.
Por ello el dios de la Guerra está pensativo, quizás reflexionando sobre qué pintaba España en esa contienda. Aunque conociendo al pelota de Velázquez, y el respeto que sentía por el rey (o más bien su deseo de obtener el ennoblecimiento), esta teoría pierde algo de peso.
En lo pictórico, Velázquez retrató al dios de forma muy pastosa, con manchas de color casi impresionistas (recordemos que fueron éstos en el siglo XIX los que recuperaron la figura del pintor español), y eso da como resultado un modelado de las carnes muy eficaz, casi viva y vibrante.
Así hay partes del cuadro que parecen inacabadas (la mano por ejemplo), casi como esbozos.