Alegoría de Musolini, Hitler y Franco torturando a la opinión pública
Torturando a la democracia.
Creado por Arrabal, Jodorowsky y Topor, el Movimiento Pánico, surgido de los detritus de un ya cadáver movimiento surrealista en los primeros años 60, propugnaba tres principios básicos: terror, humor y simultaneidad. Su modus operandi era una mezcla de confusión, risas, azar, miedo, eufória, sensualidad, y una virulenta crítica de la sociedad.
Una sociedad que desde hacía tiempo vivía una evidente crisis de valores (crisis ridícula comparada con la de 2020) y con la que había que ser muy irrespetuoso mediante el uso indiscriminado de humor negro y un post-surrealismo sórdido.
Si hablamos del pintor S. M. Félez, debemos hablar de Fernando Arrabal, el tipo que lo introdujo en el Movimiento Pánico. Arrabal, ese encantador lunático que ya nos alertó sobre el milenarismo y escribió algunas de las mejores obras de teatro del siglo XX, colaboró codo con codo con Félez en muchas de sus pinturas, y suponemos que en esta también.
Félez encajó perfectamente en el Movimiento Pánico con sus imágenes surrealistas (tortugas en la autopista, ataúdes en el mar muerto…) y en concreto aquí hace un retrato del Dream Team de los grandes dictadores del siglo XX torturando a la que fue una de las democracias más avanzadas de la historia.
Vemos entre las ruinas que dejaron a Mussolini como un emperador romano, a un fotogénico Hitler avivando las brasas del fascismo y a un menos carismático Franco torturando a la II República, cuya teta es apretada con unas tenazas. Y a la mujer hasta parece gustarle.
Félez pintó obras figurativas hasta las cachas, que recuerdan por su meticulosidad a autores como Magritte.