Almuerzo en la hierba
Por temática y técnica esta obra se ganó un puesto en el salón de los rechazados.
Fue un escándalo. Una mujer desnuda sentada en la hierba con dos tipos vestidos. Un picnic burgués en el parque que los sensibles miembros de la academia repudiaron como si fuera algo de otro planeta. Y además pintado en un lienzo enorme, de esos reservados a grandes temas… ¡Ultraje!
La mujer desnuda, la modelo Victorine Meurent, nos mira directamente. Los hombres, vestidos como dandis conversan entre ellos. Es todo como muy casual, como si fuera algo habitual. Por el suelo están las ropas de la mujer y un bodegón con frutas y pan. Manet mezcla géneros y no parece tener respeto por el arte tradicional.
Otro escándalo: Fijaos en dos animales (un poco difíciles de ver): el pájaro, reservado tradicionalmente a la pintura religiosa evocando al espíritu santo, y la rana, ya que “grenouille” (rana) hace referencia a las demi-monde parisinas, mujeres libres, independientes y de fiesta todo el día y toda la noche.
Al fondo hay una mujer medio vestida en el río. Algo que también criticó la academia es el excesivo tamaño de esta figura en comparación con las del primer plano, como si fuera un error del pintor. Para nada: Manet hizo esto muy conscientemente y lo hizo para modernizar un poco la clásica perspectiva aérea.
La academia también se rasgó las vestiduras con ese fondo tan tosco, tan carente de profundidad, tan mal iluminado.
¿Resultado? Monsieur Manet no sería aceptado ese año en el Salón.
Aunque Manet no fue el único rechazado. De hecho, 1863 fue un año de ilustres rechazados que se convertirían en futuras estrellas: Cézanne, Whistler, Pisarro… La academia se fue convirtiendo en una institución obsoleta e impopular y para no quedar de viejo anticuado Napoleón III decidió crear una segunda exposición para que el público eligiera la mejor.
Nace así el Salón de los Rechazados (Salon des Refusés), el germen del impresionismo donde la estrella fue este cuadro, tan criticado como alabado.
El almuerzo es una obra preimpresionista por varios motivos: Manet usa un motivo de su entorno inmediato, no oculta las pinceladas, parece inacabada en algunas zonas… Y la nueva generación de pintores franceses considerarían a Manet un héroe, un tipo dispuesto a romper con las normas del arte tradicional. Era el pintor de la vida moderna, como diría Baudelaire.