Aquiles descubierto entre las hijas de Licomedes
Más escenas de la vida de Aquiles de Rubens.
Aquiles sigue creciendo, y su madre, Tetis, temerosa del futuro que se avecina vuelve a intervenir para que el desenlace de su hijo no sea en la Guerra de Troya. Se lo lleva a la isla Esciros, con la intención de camuflarlo disfrazado de doncella entre las hijas del rey Licomedes.
Pero los griegos iban en busca de Aquiles para llevarlo con ellos a la guerra, y terminaron descubriendo su paradero. En ese momento, decidieron enviar a la isla a Ulises y Diomedes, para resolver el asunto con maña y no con fuerza. Estos dos, disfrazados de simples mercaderes, entregaron unos baúles con valiosos obsequios para las hijas de Licomedes.
El contenido de los baúles eran toda clase de objetos considerados femeninos: joyas, perfumes, espejos, maquillaje… pero Ulises había añadido discretamente unas armas, y Aquiles picó en el anzuelo, sin poder resistir su admiración ante tales objetos.
Rubens quiere plasmar esa escena en su obra, en la que Aquiles se descubre al colocarse un precioso casco.
Algunas de las muchachas observan la escena, mientras otras siguen concentradas en coger y admirar los maravillosos regalos.