Cacatúa Juan Gris Nº 4
Ensamblaje surrealista de este genio.
El americano Joseph Cornell estaba tan enamorado del arte de Juan Gris que se acercó un poco a las composiciones cubistas del maestro sin abandonar su exquisito surrealismo concentrado dentro de una caja.
Cornell era un poeta que recogía mierda de todo tipo (los tan surrealistas objetos encontrados) para realizar sus famosos assemblages que más que obras plásticas parecen poesías visuales. Sus cajas mezclan sueños, sorpresas, recuerdos, interiorismo, escaparatismo, nostalgia, inquietud y un millón de sensaciones yuxtapuestas, como yuxtapuestos están los objetos colocados en sus obras
En este caso el artista sitúa como protagonista de la obra a una cacatúa (Cornell tenía otra obsesión: las aves), o mejor dicho el recorte de una cacatúa, pegada sobre un soporte de madera e introducida dentro de ese micro-universo, rodeada de objetos asociados al pintor cubista. Y por objetos Cornell también entendía la sombra del pájaro. Ya sabemos la importancia que tiene la sombra de las cosas para un surrealista.
Al fondo (porque esta pintura/escultura tiene profundidad real) Cornell pega recortes de periódicos (algo típico de Juan Gris) y escritos sobre astronomía (algo muy de Cornell). Y objetos… objetos variados y no necesariamente compatibles a primera vista. No es casualidad que los artistas Pop consideraran a Cornell uno de sus pioneros.
Al final el artista crea un pequeño mundo metido dentro de una cajita tapada con un cristal, a modo de tableaux victorianos con objetos bric-à-brac (el artista iba a menudo a recoger cosas en librerías y tiendas de artículos de segunda mano de Nueva York). Al final el resultado impregna a la escena un maravilloso regusto onírico, un mundo extraño y fascinante que tenemos la oportunidad de observar a través de ese cristal.