
Demócrito
Se parte el culo.
Es uno de los filósofos harapientos de Ribera. Ya sabemos que ahora mismo el negocio de ser filósofo es un trabajo precario —quizás casi como tanto como un historiador del arte— pero aquí José de Ribera convierte a Demócrito en un auténtico mugriento barroco, pues al parecer era la moda entre los modernos más culturetas de la Italia de la época este curioso subgénero de representar a antiguos hombres sabios vestidos como mendigos.
Al parecer este es Demócrito, o quizás es Arquímedes, como se identificó al personaje toda la vida por el compás que tiene en la mano y los papeles con dibujos geométricos. Pero es que esa sonrisa lo delata… Demócrito siempre fue conocido como «el filósofo que ríe». De hecho decía que «la risa torna sabio», se reía continuamente de la ignorancia del mundo y para él la alegría era el único objetivo en esta vida. Por ello se ha cambiado su probable identidad.
Ribera uso como modelo a un tío cualquiera que podría estar en cualquier taberna o callejón de Nápoles en 1630. Era el estilo de esos años: naturalismo extremo, tenebrismo oscuro como una noche sin luna y el uso de un contemporáneo como figura histórica, mitológica, religiosa o cultural.