La mujer barbuda
Ribera documenta un caso real de la Italia del XVII.
El mecenas de Ribera, el Virrey de Nápoles, se enteró de la existencia de esta mujer barbuda, Magdalena Ventura, a la que invitó a su palacio para ser retratada.
Era la moda de la época retratar enanos y personajes con taras (caso de los bufones de Velázquez) y el Virrey quiso inmortalizar a este fenómeno de la naturaleza por medio del mejor artista que conocía.
Ribera retrató a Magdalena, de 52 años, junto a su marido, Felici di Amici, y uno de sus hijos, al que le da el pecho confirmando que efectivamente ese ser barbudo se trata de una mujer.
A la derecha vemos unas lápidas en las que se puede leer en latín entre otras cosas «El gran milagro de la naturaleza».
Ribera consigue retratar a esta seria mujer barbuda al estilo de Caravaggio, con intensos contrastes lumínicos y un extremo naturalismo.
Sobre las lápidas podemos ver un bodegón compuesto de un huso y una concha, símbolos del hermafroditismo.