Desnudo en la playa de Portici
Antesala del impresionismo.
El cuerpo pálido de un niño tendido sobre la arena, como si de un brochazo de luz se tratara. Luz sobre la oscura arena volcánica del Vesubio, en la playa de Portici, luz en los dulces días de reposo que la familia de Fortuny pasa en Nápoles poco antes de su muerte.
Mariano Fortuny se instalará unos meses en Portici, donde disfruta el último verano de su vida, frente al mar, observando los cambios lumínicos en sus aguas, en sus arenas, esa luz que persiguió en los inicios, en sus viajes a África, a Marruecos. Una búsqueda y un anhelo que se vieron sometidos a las presiones del mercado y de su representante Goupil, que le arrebataron la libertad artística, y con ella la alegría. Mariano Fortuny sufre una depresión en la ola de su éxito internacional.
Y es aquí, en el final de su corta vida, en Portici, donde como un ciclo circular que se cierra, vuelven la alegría y la luz a los pinceles, la investigación artística y la libertad del artista, o lo que Théophile Gautier llamaba l’art pour l’art.
Con tablas de pequeño formato, (lo que nos indica que pinta al aire libre, como antes lo hiciera la Escuela de Barbizon y luego los Impresionistas), realiza varias pinturas con el mismo motivo; de espaldas, de frente, tumbado o sentado: un niño en la arena.
En este cuadro desaparece la perspectiva, no nos hace falta, entendemos perfectamente donde estamos, incluso qué acaba de suceder. El niño tras un baño se tiende sobre la arena, su piel todavía tiene reflejos del agua y alrededor de su cuerpo un halo más oscuro marca la humedad en la arena. Detallado el cuerpo, contrasta con las pinceladas enérgicas de alrededor, cargadas de pigmento, que dejan la huella del pincel y crean una impresión — la de haber pintado la arena— que se formará en nuestra retina como sólo lo hacen los grandes maestros.
¿No es esto mismo lo que harán los impresionistas? Y ¿no tendremos que esperar al postimpresionismo para cargar de materia los pinceles, lienzos y tablas?
Joaquín Sorolla volverá sobre el mismo tema, arena y niños, y luz mucha luz, siguiendo los pasos del que había sido hasta entonces nuestro artista más internacional.