Dos campesinas
El arte español de los cincuenta se debatía entre la pintura figurativa y la abstracta e informalista, y está claro por lo que opta este artista andaluz: por una pintura militantemente figurativa.
Este cuadro es un ejemplo de la etapa poscubista de Zabaleta (algunos la llaman Etapa del Expresionismo Rutilante, que sigue a sus etapas anteriores: academicista y la del expresionismo sombrío…). En esa época, con el franquismo un pelín más relajado, Zabaleta puede expresar su simpatía por el campesinado andaluz con sus figuraciones geométricas y un optimismo multicolor.
El pobre Zabaleta había sido un artista de renombre e incluso llegó a Delegado del Tesoro Artístico Nacional. Pero al terminar la Guerra Civil, fue denunciado por zurdo y pasó por varios campos de concentración y cárceles hasta que poco a poco fue recuperando su carrera.
Este uso de la geometría como fuente de figuración, esa intensidad cromática y la simplificación de las formas lo emparenta con lo que en la época hacía su gran ídolo: Picasso.
Porque, seamos sinceros… ¡Menudo plagio de Picasso…! Bueno… Par estas campesinas de Zabaleta quizás es más preciso el término homenaje…
El arte español de los cincuenta se debatía entre la pintura figurativa y la abstracta e informalista, y está claro por lo que opta este artista andaluz: por una pintura militantemente figurativa. Es el arte de Zabaleta muy expresionista, también cubista, pero también muy personal y reconocible.