El Baile del pan-pan en el Monico
El futuro ya estaba ahí.
En 1912 se celebra en París una Exposición futurista donde se expuso este cuadro que dejó a todo el mundo con la boca abierta. Desde luego, futurista era.
En esa época lo que estaba de moda era el Cubismo, pero el cubismo era mucho más austero e intelectual, menos vibrante, más apagado. No era para nada esa explosión de movimiento en nuestra cara. El futurismo era como una especie de cubismo bajo el efecto de anfetaminas.
El autor, Gino Severini, que también era bailarín, vio un día al cabaret parisino Monico y decidió plasmarlo, a ser posible sin perder un ápice del colorido y dinamismo que suponía ver a este nutrido grupo de gentes en directo. Con un poco de cubismo, otro poco de esquematización, una saturación considerable en los colores y llenando absolutamente todo el lienzo de gente que parece moverse de verdad, pudo captar en una imagen fija en dos dimensiones lo que suponía el espectáculo del Monico en todo su esplendor.
Un caleidoscopio en óleo que evoca sobre todo bullicio, ajetreo y vibración, cosas que solo un movimiento tan radical y violento como el futurismo podía conseguir.
Por cierto, la obra original de Severini desapareció durante la guerra. El artista crearía esta segunda versión en 1959.