El gran espectáculo

El Gran Espectaculo (conocida también como El Nilo) fue vendida en una subasta en 2023 por 67,1 millones de dólares. Nada importante… ya se había vendido otro Basquiat por casi el doble. Lo compraría algún paleto para su disfrute personal… Seguramente alguien muy estereotipado: un sátrapa de Oriente Medio, un oligarca ruso, un narcotraficante latinoamericano…

¿Merece un cuadro así estos precios obscenos? Claro que sí. Hay arte que es incalculable. Basquiat lo pintó cuando tenía 22 años y era ya una estrella del arte ochentero. Y esta fue una de sus pintura más importantes. Con ella quiso hacer una especie de «historia de los negros», aludiendo a la emigración de África, la esclavitud y la lucha por los derechos civiles.

Se trata de un tríptico lleno de sus típicos signos y caligrafías, una pintura histórica en toda regla (hasta transhistórica) pero con la característica iconografía de un artista que era muy consciente de su raza y sus orígenes. Basquiat era un artista negro en un mundo blanco. Y además dentro de un mundo más blanco aún como es el mundo del arte.

Basquiat mezcla idiomas y conceptos, pero parece que la base de esta obra es el Nilo, uno de los orígenes de la civilización occidental. También destaca el barco, metáfora de este viaje épico y doloroso de su pueblo, de Memphis, Egipto a Memphis, Tennessee.

Y por supuesto, ahí están sus típicas palabras, tratadas como imágenes. Las palabras en Basquiat son tan poderosas y tienen tanto contenido como los símbolos gráficos, más si las repite, las tacha, las subraya o las grita.

A lo mejor a Basquiat no le hubiera importado ver como una de sus obras tan políticas acabase criando malvas en alguna habitación de algún emirato. El artista era pura contradicción. En unos años pasó del ghetto a salir con Madonna. Y vio como su arte de denuncia se convertía en nada más que mera mercancía. Quizás a esas alturas sólo le interesase el próximo chute de heroína.