
Horn Players
«El Picasso negro».
Jean-Michel Basquiat homenajea en este tríptico de fondo negro a dos monstruos del bebop: Charlie Parker y Dizzie Gillespie.
A la izquierda está Parker, fabricando música con su saxo. Hasta podemos ver en imágenes las notas musicales que salen de su instrumento. A la derecha aparece Gillespie con su trompeta, improvisando uno de sus característicos scat (canto improvisado del jazz): «Ooh shoo de obee». En el centro, la típica cabeza-cráneo que tantas veces pone Basquiat en sus obras. A lo mejor es él mismo.
También, típico de Basquiat, repetir una y otra vez palabras escritas (y tachadas) por toda la pintura. Están por ahí Chan y Pree, la novia e hija de Parker, los nombres de los dos músicos y la palabra Ornithology, la canción de Charlie «Bird» Parker. El artista no abandonó sus orígenes. Antes de su rutilante éxito como pintor, Basquiat se hizo famoso escribiendo palabras y frases en los muros de Manhattan. Él y su colega del instituto, Al Diaz, atacaban bajo el nombre «SAMO» (acrónimo de «Same Old Shit», La misma mierda de siempre).
Muchos ven aquí una versión de Los tres músicos de Picasso, artista al que Basquiat idolatraba. De hecho, algún crítico subnormal le llamó «El Picasso negro».
También hay por ahí una caja de jabón (un pequeño homenaje a su amigo Warhol, quizás?) y la palabra alquimia repetida machaconamente, seguramente porque es lo que hacían estos tíos cuando agarraban sus instrumentos, y es lo que pretende también hacer Basquiat. Todos improvisando, sin planes, sin reglas, y creando magia.