Filisteos
Basquiat fue el niño prodigio del arte de principios de los 80.
Una de las más de 3.000 obras realizadas por Basquiat en sus 27 años de vida. Hoy tendría 64.
Vemos aquí claramente el peso que tenía el arte primitivo en su obra. Sus máscaras, entre garabatos y símbolos, son puro expresionismo (neo-expresionismo, le llamaron).
Como en Van Gogh, su pintura tiene una energía interna extraordinaria. Y por lo visto es una energía procedente de su rabia. Según las propias palabras del artista, «el 80% de mi trabajo trata sobre la ira».
También la religión era importante para Basquiat. Este cuadro lo tituló «Filisteos», pueblo de la antigüedad que vivió en Israel y es muy citado en la Biblia. Según muchos diccionarios, un filisteo es también «una persona de espíritu vulgar, de escasos conocimientos y poca sensibilidad artística o literaria».
Sus detractores le achacan que «pintaba como un niño» (también Picasso o Miró…) pero es evidente que Basquiat sabía mezclar los colores, expresar con trazos gestuales y crear universos con esas vibrantes composiciones, y eso volvió loco al mundillo del arte,
Eran los años 80, cuando los yuppies cocainómanos de wall street, los narcos y demás gente pudiente de la época compraban sus lienzos a paladas.