Sin título
Expresiva cabeza con corona.
110,5 millones de dólares. Esa fue la puja más alta por este cuadro en una reciente subasta de la casa Sotheby’s, que marcó un nuevo récord para cualquier artista americano, este autor, que ya está criando malvas, pero que no deja de generar dinero.
Basquiat, ese niño prodigio ochentero mitad haitiano mitad portorriqueño, pintó esto en 1982, cuando aún era un don nadie en el mundo del arte, pero ya tenía algunas de sus referencias iconográficas establecidas.
Cabezas como esta, fantasmagórica, casi una calavera, al parecer se basan en un incidente que tuvo Jean-Michel cuando era un niño. A la edad de 8 años fue atropellado por un coche, que le rompió el brazo. Para pasar el tiempo mientras se recuperaba, su madre le trajo una copia del Gray’s Anatomy, un famoso manual anatómico ilustrado. Al futuro artista le voló la cabeza.
Las bonitas imágenes del libro, unidas a la imaginería vudú que había visto por casa (su padre era haitiano) dieron lugar a algunos cuadros de cabezas que se asemejan a calaveras en las que no queda claro la diferencia entre exterior e interior, entre lo vivo y lo muerto. Es, o parece una calavera, pero está de lo más viva.
Le añadimos además mucho colorido, y algún que otro signo caligráfico y ahí tenemos un arte totalmente nuevo inspirado en lo más primitivo y primigéneo, la anatomía humana y las religiones animistas tropicales.