El nacimiento de la Vía Láctea
Leche desparramada por el cosmos.
Gran parte de los sucesos de la mitología grecorromana se deben a las infidelidades de Júpiter a su mujer, Juno. Según la mitología, también el origen de nuestra galaxia, la Vía Láctea tiene su origen en una de estas infidelidades.
En esta aventura, Júpiter aprovechó la ausencia del marido de la mortal Alcmena para hacerse pasar por él y pasar la noche con ella. Tras esto, el marido de Alcmena regresó y también hizo el amor con ella. De todo ello salieron dos hijos, Hércules (hijo de Júpiter) e Ificles (hijo del esposo de Ificles).
Hércules fue siempre el favorito de Júpiter, quien quería que tomase la leche de Juno para que pudiera ser inmortal. Ni que decir tiene que a Juno esto no le hacía ni pizca de gracia. Por ello debía aprovechar cuando Juno dormía para llevar a cabo la misión. Sin embargo, Hércules agarró la ubre con tanta ansia que despertó a la diosa, la cual se apartó y su leche se esparció creando la Vía Láctea.
Rubens era un pintor muy exitoso que recibía encargos de personajes importantes de la época. De hecho, este cuadro pertenece a un conjunto de cerca de 60 lienzos de gran formato que Felipe IV encargó a su pintor favorito, Pedro Pablo Rubens, para decorar la Torre de la Parada, un pabellón de caza madrileño.
Se trata del mayor encargo que Rubens recibió del monarca español. Sin embargo, Rubens solo realizó 15 de las obras, el resto las hicieron sus colaboradores siguiendo los bocetos que había dejado.
Como podemos observar, en las pinturas del barroco la luz y el color cobran un gran protagonismo. Este pintor de la escuela flamenca recibió una gran formación humanística y mantuvo siempre un gran interés por la Antigüedad Clásica. Entre las influencias del autor, debemos destacar al renacentista Tiziano.
El grupo de Juno con Hércules sentada en un trono de nubes forma un triángulo que destaca sobre el fondo oscuro. Así mismo, el paño rojo de la parte inferior contrasta con la blancura de Hércules y Juno. La piel nacarada y cuerpo generoso de la diosa es característico de las modelos femeninas del pintor barroco.
Tras Juno observamos un carro guiado por dos pavos reales, ave típicamente asociada con esta diosa. Siguiendo la línea compositiva que marca el carro llegamos a Júpiter, fácilmente identificable por encontrarse junto a un águila con rayos.