Escalera en Capri
Capri fue refugio de poetas y artistas antes de un destino turístico de lujo.
En el verano de 1878, John Singer Sargent, de 22 años, salió de su estudio en el bohemio barrio latino de París para viajar a la paradisíaca isla de Capri, en la bahía de Nápoles. Eran tiempos en los que Capri era relativamente desconocido para los turistas, pero si un destino popular para los artistas, atraídos por su paisaje y arquitectura.
En esos años Sargent era un joven de gran talento iniciando una exitosa carrera, pero todavía necesitaba un par de lecciones que perfeccionar, como conseguir el mejor contraste de los valores tonales y los efectos de la luz solar en las formas arquitectónicas.
En su visita a Capri se obsesionó por la geometría de las formas arquitectónicas y con los efectos de la luz sobre las superficies blancas de las casas de Capri y realizó innumerables estudios como este, una obra casi abstracta.
Vemos un largo tramo de escalones que suben abruptamente entre espesas ramas de vid que dejan ver pequeños trozos de cielo azul. El punto de vista es bajo y la composición forma un eje que amplifica la verticalidad del diseño, pero sobre todo destaca la brillante luz del sol de Capri, que golpea en las superficies blancas, creando infinidad de tonos.