Estrategia
Una mujer monumental.
Un lienzo enorme para agrandar todavía más a esta señora de proporciones colosales. Saville hasta bautiza este tríptico con términos casi de alpinismo (cara sur / cara frontal / cara norte). Así son las mujeres de esta artista. Montañas. Enormes, voluminosas, reales. Hacen de nosotros los espectadores otra vez niños, entre fascinados y aterrorizados, viendo a los adultos desde ahí abajo como monstruos gigantescos y amenazantes.
Los desnudos de Saville son sin duda hechos por una mujer, no necesariamente para el consumo exclusivo del varón. No hay ni idealizaciones, ni photoshop, ni lencería fina. Una celebración de la carne humana que ya practicaban ilustres paisanos suyos como los británicos Freud o Bacon. Es carne más allá de la carne. Y profundamente femenina y feminista.
Sus cuerpos femeninos son el ejemplo intencionado de la que la sociedad considera anti-estéticos. Pese a eso hay belleza en ellos.
Jenny Saville se convirtió gracias a desnudos como este en la artista viva más cotizada de la historia en una subasta. Cotizada como sus colegas de los Young British Artists, ese grupo artificial creado por la Saatchi de Londres que ha guiado el arte actual (o mejor dicho, el mercado actual) desde los años 90. Sin embargo Saville destaca sobre todos sus colegas por su evidente talento, no tan evidente en el caso de algunos de ellos.