Extinción de luces inútiles
El halcón que sobrevuela un césped por cortar.
Extinción de luces inútiles nos sumerge de nuevo en un mundo surrealista y onírico. Los personajes protagonistas se visten de amebas ondulantes, y el paisaje estepario se compone de raquíticas y lánguidas plantas (extrañas en la obra del autor), y una chimenea humeante (¿cañón recién disparado?) en la línea del horizonte de la que sale una mano. Debajo de ésta un personaje se apoya a su derecha, mientras que a su izquierda un gran coral blanco reina sobre el cielo profundo. Más a la derecha un halcón blanco vuela huyendo de todo con una esfera entre sus garras (¿la esperanza de huir de la guerra?). Y todo se enmarca por un cielo que si podría recordarnos a la noche, los tonos claros del horizonte apuntan a que su oscurecimiento se debe a la polución o a la contaminación, por eso se entremezclan algunos tonos verdosos en él.
Si bien es cierto que la composición muestra una mayor amplitud cromática que otras obras del autor (aparecen verdes todo y que, apagados y muy diluidos, tapizan el prado que se extiende por toda la mitad inferior de la obra; y rojos vivos en algún personaje y los trazos de la chimenea humeante del fondo), la temática evoca de nuevo a la personal manera que tiene Tanguy de concebir un espacio vacío e inconexo con todo, con unas eminentes referencias a la guerra. Tal es así que la línea diagonal que se traza desde la nube de humo de la esquina superior derecha hasta la mano de la chimenea nos recuerda a un disparo, a una ráfaga aérea.
La vida y la personalidad de Yves queda reflejada en cada una de sus obras, y puestos a ahondar en el significado y tomando como punto de partida el título, podríamos esbozar prácticamente sin riesgo alguno, que esta obra alude al lado más crudo de la guerra, a esa extinción de luz permanente que, de manera inherente, conlleva la muerte.