Hipnosis
Esa luz que te ciega.
Uniendo el entrenamiento corporal y la Kunsterziehung (Educación Artística), Sascha Schneider buscaba una nueva cultura de la belleza, un ideal clásico como en los viejos tiempos. La mente y el cuerpo debían estar modelados perfectamente, en comunión con la naturaleza, y participó activamente en la cultura freikörperkultur (cultura libre del cuerpo), que a finales del XIX buscaba la mejora del cuerpo masculino como respuesta a los males de la industrialización, y promocionaba el nudismo.
El cuerpo desnudo masculino era la perfección para Schneider, que como ya sospecharéis, era abiertamente gay en una Alemania que castigaba con la cárcel este tipo de «prácticas antinaturales».
En este ambiente casi de secta (Nudismo, gimnasia, ejercicios espirituales, exaltación de la masculinidad, la filosofía de Nietzche, la cultura clásica…) es normal que el artista se interesara también en el poder de la sugestión, y por extensión de la hipnosis.
Schneider quiso ilustrar esta «magia» al modo simbolista, y por supuesto contando con su habitual homoerotismo en el que no faltan tíos en pelotas. El fornido hipnotizador hipnotiza casi a la fuerza a un joven efebo, que queda cegado y rendido por una luz que sale de los ojos.
En plena naturaleza, ese ser casi monstruoso, dispara su rayo en el joven desnudo y las interpretaciones pueden ser variadas, aunque conociendo la historia de Schneider y los ambientes en los que se movía, es evidente que este joven acaba de ver la luz.