La familia de Felipe V
Retrato de los primeros Borbones de España.
En un imaginario y majestuoso salón palaciego más propio del barroco romano y abierto a un jardín, Louis-Michel van Loo crea todo un retrato colectivo símbolo de la monarquía española de mediados del siglo XVIII.
En el centro de la composición se encuentran el rey Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio, rodeados por sus descendientes. La reina es quien está en el centro del cuadro, ocupando más espacio que ningún otro personaje, dominando la escena y apoyando su brazo sobre el cojín que sostiene la corona. Señal inequívoca de quién realmente reinaba en España.
Felipe V, envejecido y con bastón, tiene a su derecha al futuro Fernando VI (hijo de su primer matrimonio) y su esposa Bárbara de Braganza, junto con la infanta Mariana Victoria, esposa de José I de Portugal.
Detrás de la reina, asoma su hijo el infante don Luis. Al lado están el duque Felipe I de Parma y su esposa Luisa Isabel de Borbón. A la derecha de la composición están el infante Carlos, de pie, rey de Nápoles (y futuro Carlos III cuando muera Fernando VI), y su esposa María Amalia de Sajonia, con las infantas María Teresa Rafaela y María Antonia Fernanda. En el suelo juegan dos infantas, nietas de los reyes.
Éste gran retrato colectivo nos muestra todo un estudio psicológico de los personajes, expresados de forma refinada y cortesana, con un gran interés por el detalle, y todo ello enmarcado en un ambiente teatral, solemne, con un tono adulador por parte del pintor. Cuando Van Loo llega a la corte madrileña, lo hace con el afán de modernizar la retratística española. Traerá un estilo más colorista, recargado, mostrando la pompa y la fastuosidad tan del gusto francés, y abriendo el camino a otros retratos de grupo que se harán posteriormente en la corte madrileña, como La familia de Carlos IV de Goya.