León Bicicleta
La decalcomanía o el «automatismo absoluto».
La decalcomanía fue, sin duda, la mayor aportación de Óscar Domínguez al Surrealismo. El mismísimo André Bretón la calificó de «automatismo absoluto».
El procedimiento no puede ser más sencillo: sobre una hoja de papel blanco satinada se extiende cierta cantidad de aguada negra; encima de esa primera hoja se coloca ahora una segunda, que se levantará después de hacerse una leve presión. El procedimiento puede repetirse tantas veces como se desee hasta que la tinta se seque del todo. Las imágenes resultantes, manchas bizarras surgidas del mismo subconsciente del artista, nos transportan a paisajes delirantes, a las profundidades del mar o incluso al insondable espacio exterior.
Era habitual que las manchas se modificaran de alguna forma cuando acabara el proceso de reimpresión, como en esta obra, en que un león y una bicicleta se han fusionado para dar lugar a un híbrido enjaulado entre los bordes del papel.
Domínguez «inventó» esta técnica entre 1934 y 1936, aunque los juegos consistentes en extender tinta sobre papel existían ya desde la Antigüedad. Domínguez formalizó de alguna manera lo que antes había sido tan solo una diversión, convirtiéndola en un ejercicio artístico surrealista de pleno derecho capaz de transportar al espectador hasta el mundo de los sueños.