Metropolis
Cumbre del cine y del arte en general.
Thea von Harbou fue una de las guionistas más importantes de Alemania. Trabajó con directores de la talla de Murnau, Dreyer o Fritz Lang, y precisamente con este último se casaría en 1922, naciendo uno de los tándems creativos más potentes de la historia del cine.
Von Harbou había escrito una novela de ciencia ficción distópica con una buena carga política, social y religiosa y su marido le pidió un guión para llevarla a la pantalla grande. La UFA decidió apoyar el proyecto de su director estrella que lo había petado poco antes con «Los Nibelungos» (1923–24) y nace así Metropolis, hasta la fecha el mayor reto de producción afrontado por la UFA, Lang, von Harbou y por el cine en general.
Un viaje a Nueva York dio a Lang la clave del look art-decó del film. Ese skyline, hoy presente en cualquier ciudad, parecía en la época algo futurista, casi un flash de lo que sería el año 2000, fecha lejana todavía en la que estaba ambientada la película. Karl Freund, experto operador de cámara, Eugen Schüfftan, director de efectos especiales, y Otto Hunte, director artístico, entre otros, se encargarían de conseguirlo con su magia.
Metropolis se rodó en 16 meses por 5 millones de marcos, participaron casi 40.000 actores, y Lang pudo contar lo que quería contar sobre conceptos marxistas como el orden social, la alienación o la manipulación de las masas. Todo esto en una Alemania pre-nazi con graves problemas políticos y sociales.
Al final, todo esto que se condensa en el guión de von Harbou no será tan memorable como la acojonante arquitectura visual creada por Lang, que a día de hoy sigue siendo insultantemente moderna. Esos imponentes edificios, esos vehículos del futuro, las espectaculares coreografías, y sobre todo esa mujer-robot, la María mala copia de la María buena, interpretadas ambas de manera impecable por la debutante de 18 años Brigitte Helm.
Metropolis no sólo sentó las bases de la ciencia ficción posterior (incluida la actual), es hoy considerada una cumbre del cine y de todo arte en general, además de ser uno de los pocos ejemplos cinematográficos de Memoria del Mundo para la Unesco.