Pelea de bar entre marineros, 1981
Una muestra del entrañable mundo de Joe Machine.
¿Puede ser bella una brutal pelea a navajazos en un bar entre rudos marineros con tendencias sodomitas…? A la vista está que sí. Todo es hermoso bajo el prisma de un artista sensible como Joe Machine, que pinta gargantas rebanadas, caras cortadas o felaciones forzadas entre lobos de mar como un prerrafaelita pintaba a la Dama de Shalott.
Un tipo como Machine nació años después de los prerrafaelitas, pero compartía sensibilidad, rebeldía y subversión con sus paisanos victorianos. Compartía una mirada en contra de la dirección que estaba tomando el arte inglés de su época y una honestidad que de vez en cuando se pierde en un mundillo de espejos deformados y trampillas como es este.
Recordemos que Machine era miembro activo de los Stuckistas, un grupo heterogéneo de artistas que sólo querían poner en valor otra vez la pintura como medio expresivo frente a la insoportable superficialidad que veían en el arte, con sus ridículas performances, banalidades, premios adulterados, galerías corruptas y demás chorradas que los críticos ingleses estaban encumbrando.
La obra de Machine es sorprendentemente autobiográfica. Imágenes chocantes de violencia, crudeza y derramamiento de sangre inspiradas en su infancia. El arte fue su terapia, su vía de escapatoria y demostró que se pueden sacar belleza de los ambientes sórdidos con marineros, prostitutas, tatuajes y navajas.