Piernas
Del techo cuelgan unas piernas hechas en un tejido rojo.
Impresiona entrar en un sitio y ver colgando unas piernas rojas de distinto tamaño. Para Bourgeois, la suspensión de sus esculturas es una expresión de la psique. Ya lo dijo ella misma: «La horizontalidad es un deseo de rendirse, dormir. La verticalidad es un intento de escapar. Colgar y flotar son estados de ambivalencia».
En psicología, la ambivalencia son los sentimientos contrarios pero coexistentes para una misma persona, lugar o evento. Y esa es la escultura de Bourgeois: una obra ambivalente que une conceptos en principio antagónicos y que ella convierte en un terreno fértil para la creación.
Bourgeois elimina la base escultórica tradicional. Su escultura no necesita peana y esa aversión al suelo nos acerca más a sus obras, a menudo íntimas hasta la incomodidad. La escultura baila con la gravedad, se mueve inestable y caótica. Y eso es lo que busca precisamente Bourgeois.
Son tres piernas rojas, una de ellas de pequeño tamaño. Las asociaciones pueden ser múltiples y personalizadas para cada espectador: familia, infancia…
Además en este caso la escultora no hace colgar nada que sugiera peso, con materiales como el metal. Estas piernas están echas con tejido textil, con las costuras (cicatrices) bien a la vista, y además rojo, más vulnerable incluso. Hasta uno de los pies está agujereado como si recibiera un disparo.
Y surgen nuevas asociaciones viscerales: ahorcamiento – suicidio o asesinato-, maltrato…