Victor Brauner
Rumanía, 1903–1966
Uno de los menos conocidos miembros del movimiento surrealista y quizás uno de los más interesantes. Rumano de nacimiento, siempre tuvo interés en la magia y de hecho practicaba el espiritismo y el ocultismo, actividades que acabarían por influir en una obra, en la que abunda lo esotérico, la numerología, el tarot, la alquímia…
En los años 20 viajaría a París, donde se sintió como en casa. Todo allí en esa época era un paraíso para los amantes de lo subconsciente, los sueños y las ciencias ocultas. Amigo de su paisano Brancusi, acabaría por asociarse en los años 30 con el surrealismo oficial e institucionalizado de André Breton.
En la Segunda Guerra Mundial, la carencia de materiales para el artista fue era absoluta y Brauner se vio obligado a experimentar con lo primero que pillaba. Fue ahí donde descubrió la cera de abeja, material que usaría en posteriores obras. El arte primitivo (especialmente el precolombino) y las ciencias esotéricas siempre fueron sus máximas influencias. Pero en esa época surge una nueva y extraña obsesión: comienza a manifestarse en Brauner una inquietante fijación por los ojos, en concreto por los ojos heridos. Este tema aparece reproducido una y otra vez en muchas de sus pinturas, pintando en ese periodo casi exclusivamente este extraño tema.
En 1938, años después de realizar estas escalofriantes pinturas se produjo una pelea entre pintores en Montparnasse. Nada inusual, desde luego, pero Brauner andaba por ahí y un vaso de cristal lanzado por Oscar Domínguez fue a caer a su cara y le destrozó un ojo. El mismo ojo que el artista había representado en plena etapa de obsesión por los ojos. Incluso la herida plasmada en su autorretrato era idéntica.
¿Azar…? ¿premonición sobrenatural…? El caso es que este incidente fue absolutamente fascinante para los surrealistas y Brauner acabaría por aceptar su destino: El ojo cíclope, se convirtió en un elemento dominante en sus obras.
En 1939 el doctor Pierre Mabille escribió en la revista Minotaure (órgano de propaganda surrealista) un artículo sobre el hecho:
El hombre que conocí antes del accidente, era inseguro, tímido, pesimista y desmoralizado. Ahora, se ha liberado. Expresa su pensamiento con claridad y autoridad. Trabaja con fuerza renovada y está cerca de conseguir sus objetivos.